Antes de auto contestarme creo que es importante dar un repaso a la vida pública de nuestro país, y es que, vaya, casi en todos los países del mundo, la actividad política genera desencuentros, desgaste y hasta animadversión, sin embargo, considero necesario mencionar que en un país como el nuestro, en donde los índices de aprovechamiento escolar, desempleo, corrupción y de productividad son de los peores posicionados entre los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, creo que es un síntoma que seguramente debe analizarse antes de hacer una valoración de nuestro sistema de partidos y la percepción ciudadana de ellos.
Tomando como base lo anterior, el análisis del descrédito de nuestros partidos no puede realizarse a través de la situación actual del país únicamente, sin embargo es necesario valorar cómo va el país en este momento, por que finalmente es bien sabido que los mexicanos somos de memoria corta; Ahora bien, vemos que ante la ola de violencia generalizada en todo el el país, paralizante de actividades económicas y sociales e inmiscuida en tareas de la administración pública en el sexenio pasado, y la preocupante situación económica en el presente, además de los evidentes casos de corrupción a lo largo y ancho de nuestro país presentes en la mente de los mexicanos por parte de integrantes de todos los partidos, que van desde moches y "mochos", sobornos, trata de blancas, mansiones lujosas y difíciles de comprar con los moderados sueldos de los funcionarios y el evidente sello de corrupción y "desgreñe" en todos los partidos, así como la comedia de enlazar amorosamente a artistas con políticos o bien a políticos con artistas o mejor dicho, artistas haciéndole a la política, hasta el descaro de construir presas y desviar el agua de miles de pobladores para satisfacer los berrinches de algún gobernador de altas exigencias, y entregarle el agua en su domicilio; Ha generado una sociedad fastidiada y exhausta de escuchar hablar
de actividades políticas, y estamos en este momento, auto contestando mi pregunta inicial, creo que estamos ante la oportunidad histórica de retomar el camino para buscar el desarrollo de México, partiendo desde las entrañas de nuestras localidades, por la vía democrática, ya que desde hace años a la clase trabajadora y a la clase media se les ha olvidado generar círculos de discusión política, debate y análisis de los problemas que le aquejan, y no presenta programas para el desarrollo progresivo de México desde el punto de vista de la clase trabajadora y clase media, que finalmente somos la mayoría.
Es por eso que a la clase política se le ha facilitado no incluir a la sociedad en tareas de la administración pública, sin embargo he visto en carne propia que a los mexicanos nos atrae el tema de la política, aunque sea de lejitos, pues en toda charla de amigos, familia o pic nic, no puede faltar el tema de los desprestigiados políticos con los que contamos, de lo mal que se ven o de lo que han dejado de hacer, es por eso que creo que, fenómenos como el que está ocurriendo con "el bronco" en Nuevo León, dónde va como puntero 5 puntos arriba de la candidata del PRI Ivonne Alvarez es un panorama de lo que viene en el México futuro, los partidos políticos ya no tienen credibilidad desde hace tiempo, y la gente esta ausente de las tareas políticas, sin embargo hay un sector importante de la población que se interesa en temas públicos desde la figura del apartidismo, creo que es el momento de los movimientos sociales, pero de forma libre, apartidista, con teoría y discusión política en beneficio de los sectores más amplios de la población, actualmente hay un caldo de cultivo con tantas desigualdades sociales y creo que es el momento que desde la sociedad civil organizada podemos exigir el país que queremos para el futuro, y finalmente espero lo que dice uno de mis hermanos, ojalá que la sociedad civil le de un día de estos una desconocida a nuestro sistema político, cambiando millones de votos por el menos pensado, por que ese será el momento en el que los partidos políticos de todos los colores y sabores tengan que refundarse y comprometerse a resolver verdaderamente los temas que le duelen a la gente, ya que los problemas de la política mexicana no sólo son temas que tengan que resolver los políticos, son temas de todos los mexicanos.
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